Cómo ser un influencer: La sal de la tierra
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Publicado en 02/04/2024

Escrito por: Christiana Leimena, Directora de ministerios de salud de la Asociación del Gran Sídney de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

La sal, o el cloruro de sodio, es muy importante para la salud, y no solo porque añade sabor a los alimentos. En Australia, la ingesta recomendada es de unos seis gramos por día (2300 miligramos de sodio), pero los australianos consumen en promedio nueve gramos de sal por día. Y el ochenta por ciento de esa cantidad proviene de los alimentos procesados, lo que puede ser perjudicial para la salud humana.

 

La sal posee muchos usos y aplicaciones fundamentales, entre ellos: contrae y relaja los músculos, conduce los impulsos nerviosos, y mantiene un equilibrio apropiado de agua y minerales en el cuerpo. Más allá del cuerpo humano, preserva y saboriza los alimentos, limpia los derrames, alivia la picadura de avispa, y crea tracción en las rutas congeladas.

 

Un beneficio para los demás

Pero alejándonos de los usos diarios de la sal, en Mateo 5:13, Jesús les dijo a sus discípulos: “Vosotros sois la sal de la tierra.” ¿Qué quiso decir Jesús? Que ustedes y yo tenemos que ser un beneficio para los que nos rodean. 

Jesús quiere espolvorearnos para que demos sabor a los demás. Si salamos un huevo, el huevo queda salado, no la sal llena de huevo. Jesús quiso decir que él quiere que demos sazón doquiera estemos, que agreguemos sabor a una experiencia o la atmósfera del momento.

Como recordó Jesús a sus oyentes en el Sermón del Monte, la sal puede perder su sabor. Hay una lección espiritual en esto, porque esa característica salada representa el amor de Cristo y su justicia.

A diferencia de la sal, sin embargo, podemos escoger compartir esa sal —ese amor de Cristo— con otras personas. En primer lugar, necesitamos asegurarnos de pasar tiempo con el Salvador, porque no podemos dar a otros lo que no poseemos. Dios nos dice: “Apóyate en mí, y yo haré que des sabor. Pondré el sabor en ti, mi sabor, mi presencia, y entonces lo darás a los demás”.

Otra lección espiritual proviene del hecho de que la sal en el salero es inútil a menos que deje al salero y toque aquello que quiere saborizar. Tiene que haber contacto, y Dios quiere que seamos influencers al tocar la vida de otras personas. Es lo que hizo Jesús cuando estuvo en esta tierra, solo tenía tres años para ser un influencer; no es demasiado tiempo, pero influyó a su comunidad y aún más allá al enseñar, predicar y sanar.

Jesús dedicó tiempo a estar con personas en contactos individuales, el contacto personal hace una tan grande diferencia.

Un influencer como Jesús

 

Ser un influencer como Jesús en este tiempo implica compartir el evangelio de Cristo, pero también combinarlo con la salud.

Las principales causas de muerte entre los varones de 15 a 24 años de Australia incluyen el suicidio y las lesiones autoprovocadas, el uso de alcohol, los accidentes de tránsito, y los trastornos depresivos. En las mujeres, está presente la pesada carga de los trastornos de ansiedad, los trastornos depresivos, los trastornos de la alimentación y otras cuestiones.

Las necesidades son abrumadoras, tenemos compañeros que necesitan de aliento, que están quebrantados, que probablemente están desanimados, que necesitan ánimo, o tan solo alguien que los escuche. El ministerio de salud aún es relevante para los jóvenes  hoy, tal como lo fue para Cristo, quien combinó la predicación del evangelio con la realización de milagros de sanidad. 

Es clave la participación joven en el ministerio de salud

Necesitamos valorar el mensaje de salud que Dios nos ha dado al adoptar factores protectores de salud. Incluyen la actividad física, el apoyo emocional, y las actividades sociales para conectarse con otros, pero también la nutrición apropiada y el sueño adecuado. Son cosas básicas, pero a veces las olvidamos.

Esos factores de protección ayudan a crear resiliencia cuando enfrentamos desafíos, estrés u otras cuestiones. Existen muchos canales de medios sociales sobre cuestiones de salud, dirigidos por jóvenes que a menudo no comparten los mismos valores cristianos sobre la salud integral, por tal motivo debemos encontrar un espacio o comunidad digital donde podamos hablar de salud desde la óptica bíblica. Abracemos la misión de salud y convirtámonos en influencers, en la sal de la tierra.

Traducción de Marcos Paseggi

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